FLAMA - Una obra para reconocer en nuestra identidad la impronta de la diáspora africana

Fuente: inteatro.ar

Esta obra llega a la Fiesta Nacional de Teatro desde Santiago del Estero, con una puesta en escena principalmente de danza y percusión, con un anclaje en danzas tradicionales del oeste del continente africano, la presencia del djembe en el escenario y la fusión con el bombo legüero dan cuenta de la centralidad en la raíz afro. La escenografía, el vestuario, las luces, los elementos que acompañan los diferentes cuadros son pertinentes. Con una lógica minimalista, cada elemento presentado a su tiempo, el bombo, una máscara, los palos, las velas, son atinados a la historia que se narra. La comunión entre danza y percusión logra una cadencia constante.

La obra se sustenta sobre una contextualización oral y un despliegue de danza y percusión principalmente de ritmos africanos, con momentos claros de referencia a la chacarera como manifestación actual de la herencia africana en nuestro folclore, con tres momentos estructurantes.

El primero, la explicitación de un posicionamiento ideológico que busca desprenderse de un modelo eurocentrista blanco y hegemónico, y el lugar denostado en nuestra historia nacional a la “negritud”, marcando un contexto.

Un segundo momento, basado en la reconstrucción regional situada en Santiago, con coordenadas temporo-espaciales muy precisas de la idiosincrasia de Santiago: referencia a las salamancas, a la “Telesita”, y a la chacarera como marca distintiva de la provincia.

Un tercer momento converge en la historia singular de Carla, quien en primera persona da cuenta de los desafíos vividos en diferentes momentos de su vida y particularmente en el ámbito de la danza, por presentar rasgos físicos característicos de descendientes de pueblos originarios y de afrodescendientes, en la provincia donde la colonización de nuestro territorio se inició. La voz de Carla es representativa de muchas otras voces que no llegan al escenario para dar cuenta del racismo estructural presente al día de hoy.

El proceso creativo fue colectivo, enriquecido con los recursos propios y comunes que cada integrante fue aportando, con sus trayectos singulares que confluyen en esta puesta en escena donde un tiriba se baila con pañuelos, donde una danza de dunes se desarrolla sobre los legüeros, donde la danza contemporánea acompasa una guaracha, donde el djembe y legüeros se funden en una base de chacarera para visibilizar que África es fuente, es combustible para esta flama que nos enciende y nos invita a reconocernos en lo colectivo.

Flama es una obra necesaria. Es una apuesta fuerte y firme a una revisión histórica, al reconocimiento de la raíz afro como constitutiva de nuestra identidad argentina. Es una denuncia clara del racismo vigente en nuestra cotidianeidad.

Como para no perder de vista, es imprescindible señalar que Flama es un aporte, al decir de Walter Benjamín para “Cepillar la historia a contrapelo”, para reconocer en nuestra identidad la impronta de la diáspora africana, el legado de las personas esclavizadas, el reclamo legítimo de las poblaciones afrodescendientes en la reparación histórica. Más allá, o mejor dicho, más acá de la fuerza y la euritmia de los ritmos africanos, está lo propio que necesita encenderse con esa misma mecha que tiene su raíz hace siglos, en el continente caliente.

Ficha Técnica:

Dirección:

Selva Varela Istueta (Tucumán)

Romina Ponce (Tucumán)

En escena:

Fernanda Falco

Carla Díaz

Anabel González

Daniela Ríos

Ariel Herrera

Técnica:

Rocío Gerez